El carnero, el macho de la oveja doméstica, se distingue por sus cuernos espirales y su robusta constitución. Suelen ser más grandes y musculosos que las hembras, con un peso que varía según la raza.
Son animales gregarios, viviendo en rebaños con jerarquías sociales establecidas. Durante la época de apareamiento, los carneros compiten por el derecho a aparearse, protagonizando choques de cabezas espectaculares.
Su dieta se basa en pasto y otras plantas herbáceas. La domesticación del carnero ha sido fundamental para la humanidad, proporcionando lana, carne y leche. En algunas culturas, el carnero tiene un significado simbólico y ritual.

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