Un zorro de pelaje rojizo se recorta contra el horizonte, sentado majestuosamente sobre una piedra cubierta de musgo. Sus orejas puntiagudas se alzan atentas, explorando el entorno con curiosidad. La escena, tan serena como cautivadora, evoca la belleza de la vida silvestre. Imaginarlo como un papercraft o un modelo de pepakura no es difícil; cada detalle, desde el brillo de sus ojos hasta la elegancia de su cola tupida, se presta para ser recreado en papel, dando vida a la esencia de este astuto animal en una forma tridimensional.
0 Comentarios